1 + x = y

25 de octubre de 2016

 

1 + X = Y

Estamos hechos por todo aquello que somos y por lo que hemos dejado de ser; somos la suma de nuestras partes, incluso, la sustracción de ellas también. Somos un buenos días o un buenas noches. Somos principio y fin; pero principalmente, somos el camino, nuestro camino. Somos y seremos los buenos consejos; los tomemos o no, pero a veces somos esos malos, que en ocasiones seguimos. Somos un corazón roto o uno sanado. Somos todo y nada a la vez.

Somos nuestra familia, amigos y vecinos, en ocasiones, con los que nos acostamos. Somos nuestra patria, pero también somos las patrias que visitamos. Nuestro hogar y hogares, quizá los que pretendemos que lo sean, también forman parte de lo que somos.

Estúpido es creer que somos cuando dejamos de ser; cuando dejamos de ser holgazanes, quizá patanes, adolescentes o niños… Somos lo que pretendemos dejar atrás y en quienes pretendemos ser. Somos en nuestras máscaras, claramente en nuestra médula también.

Somos esa relación que no funcionó, como también somos las que funcionan; la que está funcionando…

Somos soledad y somos compañía; somos esa cerveza que tomamos con un amigo. Forma parte de nuestro ser, esas aventuras de una noche o esa noche que no acaba nunca.

Somos nuestros aciertos pero también nuestros errores. Esas caídas forman tan parte de nuestro complejo ser, como sus recuperaciones triunfales. Somos nuestro pasado y algún día seremos nuestro futuro.

Somos las metas cumplidas, al igual que las inconclusas. Somos sueños y realidades; pesadillas y temores. Somos nuestras fobias y nuestras valentías. Somos todo lo que nos da miedo y siempre seremos todo lo que nos da valor.

Somos defectos y virtudes, al final de cuentas, ¿quién es perfecto?.

Nos consolida todo aquello que dejamos ir, todo lo que nos aferramos a no soltar, como todo aquello que sabiamente entendemos que debemos soltar.

Somos ese adolescente que tomó demasiado en una fiesta, que fumó por primera vez un cigarro de mariguana, que perdió su virginidad y en ocasiones su dignidad. Somos cuando nos arrepentimos, al igual que cuando no lo hacemos.

Somos ese cabrón en el que creímos demasiado y lógico es pensar, que somos aquel que hizo que creyeran en el demasiado. Somos los que nos dejaron atrás y a quienes hemos dejado ir.

Somos nuestros antepasados y la luz que dejan en el camino. Somos curvas y desviaciones, como el camino recto y seguro también. Somos las estrellas que nos guían y los vicios que nos desvían. Somos las madrugadas en vela de nuestras madres y esa lágrima ocasionada por orgullo de nuestros padres.

Somos nuevos comienzos o quizá caminos ya recorridos. Somos cada experiencia, cada segundo vivido; incluso somos nuestro ocio y nuestra pérdida de tiempo.

En ocasiones somos ese viejo sabio que ha vivido demasiado, como aquel niño que le falta todo por conocer. Somos lo que conocemos y desconocemos. Somos penumbra y neblina, al mismo tiempo somos claridad.

Somos porque existimos, y aún seremos cuando dejemos de estar. Somos porque estamos y estamos porque somos, somos con quien estemos y junto con quienes no estén, junto con ellos somos también.

Somos cada persona que hemos conocido, si la vida no es tan nuestra como creemos, ni la de quienes nos rodean tan suya. Somos de todos y todos son nuestros. Somos uno o quizá somos varios.

A veces somos nómadas en nuestro propio hogar, o sedentarios de ningún lugar en particular. Somos esos viajes que nos enseñan demasiado, como los que por error no disfrutamos. Somos una fotografía, una carta o tal vez un cigarro encendido. Somos el libro que nos marco demasiado, como aquél que por obligación debíamos leer.

También somos nuestras banalidades y lo más superficial de nuestro ser; quizá somos complejos o tal vez sencillos, pero somos.

Somos lo que nos rodea y lo que no lo ha hecho también. Esa media hora de estrés o ese momento de paz, la angustia de que algo está por terminar o la emoción bañada de nervios de que algo está por comenzar.

Somos esa primera cita, ese primer café; al igual que esa bebida amarga que viene acompañada de una eminente despedida. Somos cuando empezamos y cuando terminamos.

No pensemos que algún día seremos, si ya estamos siendo.

Somos y seremos porque hemos sido, fuimos porque estuvimos, estamos porque somos; somos existencia y presente.

La vida se configura por cada momento, por cada pieza armada y por cada segundo transcurrido. Seamos existencia, porque por alguna razón existimos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s